Chiquilín
Un sabor muy vintage
Ante el desafío de actualizar y potenciar la marca, decidimos aprovechar el éxito del diseño de la edición vintage que habíamos trabajado, y dar un giro estratégico a nuestra propuesta. Nos propusimos crear una nueva identidad que encarnara los valores tradicionales y, al mismo tiempo, transmitiera una imagen moderna y relevante.
En primer lugar, recuperamos al niño de Chiquilín, y lo convertimos en protagonista e icono de marca. Su presencia evoca nostalgia y crea un vínculo emocional con el consumidor. Apostamos por el rojo que nos identifica con la variedad original como color de marca, para potenciar el branding y crear mancha en el lineal, y por una presentación más simple y sensual del producto.
En definitiva, una propuesta clara y directa que juega con el equilibrio entre lo nostálgico y lo contemporáneo, asegurando una presencia visual impactante.
A partir de este rediseño se llevaron a cabo distintas piezas de comunicación y merchandising, con una fuerte presencia en TV y digital, dando a conocer el nuevo branding de marca de Chiquilin a su público.