Cuando llegas al lineal de los chocolates a la taza te enfrentas a un juego de ‘Busca las 7 diferencias’. Todas las marcas usan los mismos recursos visuales, tienen el mismo tipo de envase y potencian los mismos elementos. Aquí empieza el reto de Paladín: diferenciar su producto en el lineal y captar la atención del consumidor. En D.Pack hemos apostado por mostrar las propiedades organolépticas y potenciar las novedades, dos conceptos únicos que no estaba usando ninguna marca de la competencia.

Nuestra obsesión ha sido hacerlo muy apetitoso, exageradamente apetitoso, y para ello hemos hecho protagonistas con un exquisito primer plano al churro, la taza y las piedras de chocolate cayendo, junto con un imponente logo al que le hemos simplificado el lettering para darle más contundencia. Un juego visual muy impactante que despierta los instintos más primarios y estimula la compra. Además, la elección del formato doypack que incrementa el tamaño del facing y le aporta mucha más visibilidad y más branding, junto con las novedades de chocolate blanco, negro y formato brick ‘Ready to drink’, potencian la modernidad de la marca y la acercan a un target más joven.