Este proyecto nace de la importancia de cocinar a fuego lento un producto que ha resultado ser la estrella de la casa: las sopas Gallina Blanca, un clásico convenience que está y ha estado en todas las casas. Es por eso que la marca se plantea un nuevo diseño de packaging, rediseñando todos sus packs de sopas destacando lo más importante: los ingredientes y el tiempo.

En D.Pack hemos convertido el icono de la gallina en un sello de calidad y hemos trabajado los elementos del pack con el fin de transmitir una mayor naturalidad, como el cucharón y la olla que nos evocan a lo casero y a las recetas de toda la vida. Además, se han potenciado los ingredientes, haciéndolos protagonistas en el nuevo diseño de packaging y destacando los mensajes clave como “Sin conservantes” y “El auténtico sabor de siempre”.