La respuesta en el packaging: momentos clave para rediseñar tu marca

Henry Ford dijo: «Si tuviera un solo dólar, invertiría en publicidad». Probablemente te hayas encontrado alguna que otra vez con esta cita, pero en D.PACK no podríamos estar más de acuerdo. Sobre todo porque, en gran consumo el packaging es un elemento clave de comunicación y contacto con el consumidor.

Tener una empresa significa aprender a jugar bien tus cartas, en especial cuando se trata de decidir a dónde se va la inversión. Sin embargo, ¿cuál es el momento adecuado para invertir en diseño? Como agencia de diseño de packaging, hoy queremos hablarte de los momentos clave en los que rediseñar tu marca puede suponer la diferencia entre el éxito y el olvido. Porque eso es lo que hemos aprendido tras más de 20 años trabajando para grandes marcas como Artiach, Danone o Micolor. ¡Vamos allá!

1. Cuando bajan las ventas

Las causas por las que las ventas de un producto decaen pueden ser muchas, pero a menudo tienen que ver con la necesidad de innovación: adaptar el producto a corrientes emergentes o estilos de vida del consumidor, incorporar funcionalidades relacionadas con las nuevas tecnologías o recuperar la posición en el top of mind del target mediante una imagen fresca que no se haya visto antes.

Un ejemplo en el que aplicamos estos conocimientos fue el proyecto para Font Vella. La marca tenía previsto relanzar su formato de 75 cl pensado para llevar y destinado especialmente a los jóvenes urbanos, cosmopolitas y con muchas inquietudes artísticas y creativas. Por ello, en el momento de desarrollar el concepto visual y la imagen gráfica de la botella, nos inspiramos en las redes sociales y nos pusimos en contacto con perfiles de Instagram de creadores con miles de seguidores. El resultado: distintas colecciones de botellas con una selección de 12 fotografías cada una como protagonistas del pack.

2. Cuando suben los precios

En un contexto socioeconómico como el nuestro, caracterizado por la subida de precios, los consumidores someten a mucha consideración en qué se gastan el dinero. Competir contra las marcas blancas puede ser un camino largo, pero la experiencia nos ha enseñado que la clave es diferenciarse por las razones adecuadas: valores, acciones en sostenibilidad, personalidad de la marca, vínculo emocional con el target… Y todo esto se puede comunicar mediante el packaging.

Por eso, cuando suben los precios, las marcas deben sacar a relucir el valor que aportan a la vida del consumidor. Si logramos reforzar y visibilizar esta idea, lograremos que los clientes nos vean en el lineal y nos escojan por lo que somos. Así lo hicimos al recuperar al niño de Chiquilín en un proceso de rebranding para Artiach, trayendo a la memoria de los consumidores la nostalgia relacionada con esta clásica galleta.

3. Cuando la competencia se mueve

El packaging muchas veces es una declaración de intenciones: un manifesto visual en el que, en pocos segundos, los compradores pueden conocer qué hace una marca y qué es lo más importante del producto que tienen en las manos.

Y cuando se trata de brillar por encima de la competencia, debemos ser muy claros y muy directos para no quedarnos atrás. Aunque la practicidad no lo es todo, y un ejemplo son los perfumes, que muchas veces se compran por impulso debido a la experiencia sensorial que irradian el producto y su frasco. La cuestión es que, de una forma u otra, buscamos suscitar cierta simpatía en el target y eso solo se logra conociéndolo muy bien para hablarle de forma personalizada: decirle algo que solo podamos decirle nosotros.

En resumen, lo que nos llevamos todas estas experiencias es que el packaging es un elemento clave de comunicación para las marcas, algo que se lleva al siguiente nivel en el sector del gran consumo. Por ello, es esencial discernir en qué momentos invertir en packaging puede ser la estrategia correcta. ¿Tienes curiosidad por conocer este mundo en más detalle? ¡Síguenos en Instagram y LinkedIn o suscríbete a nuestra newsletter!

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